Un “Portu” por el mundo
Paseando
por la “Perla del Atlántico”: Madeira
Jean Carlos De Abreu
Si bien es
cierto que Europa es unos de los continentes más interesantes del mundo,
también es realidad que los archipiélagos europeos son exóticos y divertidos.
Madeira se
caracteriza por ser una isla volcánica montañosa, con paisajes indescriptibles,
por estar más cerca del continente africano y por tener una excelente
gastronomía.
Visitar
Funchal, la capital, y no pasar por su iglesia sería el error más grave que
pudiese cometer, puesto que a una cuadra del templo se encuentran varios cafés
donde pueden tomar una “chinesa” (café con leche), un “expresso” (café negro
cargado), un “garoto” (marrón) o una “bica” (guayoyo) junto a un exquisito
“pastei de nata” (pastel de nata) en una mesita bien ubicada.
Luego de
descansar y de degustar un postre típico, es gratificante caminar por sus
hermosas calles principales empedradas y observar los hermosos monumentos en
honor a los navegantes portugueses que se ubican en las diversas vías.
En
un buen “turisteo” no puede faltar las fotos
Otras de las
cosas que no dejo de hacer es visitar las tiendas típicas que comercializan productos
autóctonos, para tomarme fotos con los atuendos regionales simbólico y con los
dueños del local.
Evidentemente,
eso forma parte de turistear. Otra de las cosas que hago es sentarme en plena
plaza principal para ver el mar. Lógico, después de haber caminado
“chorrotocientas” cuadras, los pies se me hinchan y debo descansar.
Aprovecho para
meditar, mientras bebo litro y medio de agua. Ese tipo de paisajes sólo lo
ofrece a “Perla del Atlántico”.
Enriquecer
el paladar con divinuras
Una vez que ya
recorriste el centro de la ciudad, visitaste los lugares más emblemáticos,
realizaste algunas compras y probaste unos dulces, pues llega la hora de
almorzar. Sí, comer porque durante casi toda la mañana estas en pleno
recorrido.
Probar unas
“Lapas Grilhadas”, “Carne à pimenta”, “Bacalhau com Batas” o en cualquier
presentación, “Espada Frita com Milho Frito”, “Espetada com Bolo do Caco” son
algunas de las comidas típicas con las que podrás soñar. Yo lo hago, imagino
que ustedes también.
Bellezas
fuera del centro
Ir hacia las
afueras de la capital permite que conozcamos más de las tradiciones
portuguesas, así como sus hermosos paisajes. Playas de piedra y de arena
artificial (traída de Marruecos) hacen que la isla se convierta en un destino
paradisíaco.
Evidentemente
que no puede faltar las divinas bebidas típicas que son hechas con aguardiente
portugués con frutas o helado de mantecado, según sea su gusto (la “Poncha” y
la “Nikita”).
Es de suma
importancia que tomar varias de estas bebidas podría cambiar su temperatura
corporal… No sean mal pensados, sólo que empezarán a sentir calor así haya
frío.
Si
continúa el recorrido encontrará parques temáticos divertidos, acuarios donde
podrá disfrutar de especies que se ubican en el atlántico, jardines botánicos
únicos en su especie, paseos por transportes hechos a mano que datan de la década
de los años 40.
Es
importante recalcar que todas las vías dan hacia al mar. Es el paisaje más
hermoso que podrán disfrutar. Deben tomar en cuenta que si no tienen la
posibilidad de alquilar un vehículo y toman el transporte público, deben estar
a la hora señalada en la parada, ya que los conductores son puntuales.
Madeira es un
paraíso en el Atlántico, por ello, anualmente, cientos de turistas de todo el
mundo escogen este destino por las bellezas que ofrece y por el espectacular
clima que posee.
Pues claro,
porque pueden andar en short, camiseta y chola (sandalias) en cualquier momento
del día. ¡Qué genial es poder andar así!
No lo olviden,
visitar Europa y no conocer Portugal es como no haber viajado.