Wednesday, October 26, 2016

Impostores que simulan trabajar para el gobierno apuntan contra dueños de camiones comerciales

¿Qué tipo de estafa está dirigida en tu contra y en contra de todos tus conocidos? Las estafas de impostores. Se producen cuando los estafadores se hacen pasar por una persona, negocio o agencia del gobierno que merece tu confianza que luego trata de convencerte de que le envíes dinero. Uno de los últimos blancos de esta clase de estafadores: los dueños y operadores de camiones con acoplado y otros vehículos comerciales.
De acuerdo a los términos de una demanda judicial presentada por la FTC a principio de este mes, una compañía que se autodenomina DOT Authority les hizo creer a los dueños de camiones comerciales que estaban tratando con el verdadero Departamento de Transporte de EE. UU. u otra agencia del gobierno. ¿El motivo? Engañarlos para que les pagaran cargos por servicios adicionales para ayudarlos a presentar los papeles de registro de autotransporte ante las autoridades estatales y federales. DOT Authority usó llamadas automáticas pre-grabadas, emails y mensajes de texto para asustar a la gente haciéndole creer que si no le pagaban a DOT Authority enfrentarían una multa de $1,000. La mayoría de la gente que fue blanco de esta estafa era propietaria de pequeños negocios familiares con unos pocos empleados y menos de cinco camiones.
Los dueños y operadores que le pagaron a DOT Authority – en lugar de renovar su inscripción a través del sitio web oficial Unified Carrier Registration – consiguieron renovar su registro pero para hacerlo pagaron hasta $550 más del valor del cargo oficial del gobierno. 
Y eso no fue todo. Los propietarios de los camiones comerciales también tienen que volver a certificar la información sobre sus vehículos cada dos años o desactivar sus números USDOT si no siguen operando. Ese es un trámite que se puede realizar gratuitamente a través de la Administración Federal de Seguridad de Autotransportes (FMCSA). Pero DOT Authority le cobró a la gente entre $25 y $200 por descargar el formulario de recertificación y $200 por la presentación de la desactivación.
Y como si eso no fuera suficiente, la compañía también colocó a la gente en un programa de renovación automática sin su permiso, quitándole dinero una y otra vez año tras año. El esquema defraudó por más de $19 millones de dólares a miles de personas a lo largo y a lo ancho de los Estados Unidos.